martes, 26 de diciembre de 2023

Luna llena

 Por favor, no entres descalza;

he colgado mi esperanza

en la persona equivocada

y ahora hay trozos esparcidos

por todo mi universo.


Disculpa que no me levante,

tengo una daga clavada en el pecho

y si intento sacarla

la echo de menos.


Estoy escribiendo una carta

de lunares, que son lágrimas,

donde le pido al Sol que salga ya

y que no se espere a mañana.


Esta luna ilumina demasiado 

y me ha dejado ver todo aquello

que he estado ignorando.


Dos ángeles sostienen mis alas cansadas

y me acompañan a la cama

donde espero a que el Sol salga

otro día más.

martes, 19 de diciembre de 2023

De vuelta

 Tengo la sensación de no haber estado a salvo en mucho tiempo, a pesar de que a mi barrio no lo visitan bombarderos.


A veces, tengo la sensación de ser la única columna de mi techo. Y se me cansan los brazos de sostener mi propio peso.


Tengo la sensación de que me niego el dolor y así tengo que consolarme un poco menos.


Y si no miro las grietas de mis muros puede ser que contengan estas lágrimas durante más tiempo.


Y si no estiro mi espalda puede que siga sin darme cuenta de que cargo muchos pesos.


Y si no hidrato mis labios puede que no me dé cuenta de que me faltaron besos.


Tengo la sensación de que mis pies han sido amarrados al suelo,

y de que si ya no vuelo es porque por un momento perdí la conciencia de mi destino


Pero confío en mi silencio, respiro y me encuentro adentro, esperando.


Porque tengo la sensación de que a veces me pierdo pero sé que después siempre, siempre vuelvo.

sábado, 16 de diciembre de 2023

Cultivando la alegría

 Ya no sufro por nadie,
interiorizo el dolor,
lo proceso y doy frutos
de los que me alimento.

Enraizando mi cuerpo
alcanzo nuevos sentimientos
y aprendo de a poco
a ser yo.

Sufrir ya no se lleva,
ya no me eleva
a donde quiero habitar.

Vivo la vida en el gozo
y hoy no conozco ya pozo
donde me pudiera ahogar.

A mi camino le crecen flores;
a mis lluvias, caracoles,
y hay luciérnagas en mi oscuridad.

Doy las gracias cada día
cultivando la alegría
y las brujas, amigas mías,
me protegen con su amor.

Crecer sobre mis raíces

 Hay jirones de tu piel
que están asiéndose a la mía;
con ellos he recubierto
heridas que no tenía.

Pero ha pasado el invierno;
antes que él, el otoño,
y olvidé desprender
lo que me impide florecer.

¿Habrá que poner medida
a este amor,
y que florezca
en un arriate,

en lugar de dejar que
se expanda
en mis praderas
sin límite?

¿Será apego este dolor
que tapo con tu presencia?
¿Será que doy demasiado
y espero que sea de vuelta?

Quiero volver a mi equilibrio,
crecer sobre mis raíces,
y que sea mi lengua la que limpie
mis antiguas cicatrices.

miércoles, 6 de diciembre de 2023

Una ventana en el alma

 Tengo una ventana en el alma.

Mi nariz, pegada al cristal.

Mi alma está echa de aire

y entra y sale, entra y sale.

Desde el otro lado

se acerca a mirarme

y, cuando acercamos las frentes,

nos damos cuenta

de que somos iguales.

Armadura

 Estoy encerrada en una armadura de metal. La armadura me protege de todos los golpes y de los peligros externos pero también me impide acariciar caballos y recoger flores. Me impide sentir la brisa y recibir en mi piel los rayos del Sol.

¿Qué sentido tiene llevar armadura en este valle? Ahora que soy amiga de las ninfas y quieren posarse en mí las mariposas, ahora que quisiera bañarme en el río desnuda merece la pena correr el riesgo de morir si, hasta que ocurra, estoy viviendo.

Vengo de campos de batalla, de luchar contra gigantes y explorar hondas cavernas. Vengo de enfrentar monstruos y de cortar cabezas, y casi pierdo la mía. Vengo de luchar por causas propias y ajenas; me comprometí a salvar a todas las damiselas.

Pero ahora, que en este valle ya no hay batallas, ¿Sabré vivir la vida en paz? ¿Sabré dejar atrás sables y espadas?

Bueno, me quitaré la armadura para bañarme en el río, bailaré con las ninfas y las mariposas. Seré una guerrera retirada que aún, por costumbre, sigue llevando un cinto con su espada.

A corazón por azulejo

Hay una pena que vaga en los pasillos de mi alma, 

y es que parece un fantasma que no me deja dormir. 

Por las mañanas lo callo, hace ruido a la noche, 

y por las tardes no hallo la forma de resistir. 

Tengo un cuadro en mi cuarto en el que he escrito algo así: 

"Si mi gran fortaleza es el amor de la gente, 

mi armadura es la hoja del puñal que me da muerte".

A corazón por azulejo, un mosaico de corazones 

decora mi alma desnuda y no la deja engordar. 

Me alicato a quereres que se van con la brisa 

y me quedo buscando su rastro al marchar. 

A veces, abro la ventana y tomo aire fresco, 

pero viene infectado de este mundo enfermo. 

Busco soluciones, pero me encuentro en las mismas: 

Si me quito el velo blanco que lo difumina todo 

acabo sucumbiendo ante mi propia fragilidad.; 

si me aferro a mis barrotes es más fácil superarlo, 

encariñarme a la nada y dejarme llevar.

Hermana

 Hermana,

me levanté esta mañana

apenas sin ganas.

Una maraña de sentimientos,

una amalgama de pensamientos

que no sabía gestionar

me abrumaban.

Recibí tu llamada y,

a pesar de que me pesaba el alma

y no quería escuchar a nadie,

fui a verte.

Tus palabras tienen un no sé qué

que hicieron que me olvidara y,

cuando menos lo esperaba,

me estaba riendo a carcajadas

sin pesares en mi espalda,

batiendo fuerte mis alas,

abrazada a mis amigas

y llena de esperanza.

Tú eres magia.

Tú me sanas.

Tú eres, sin lugar a dudas,

mi hermana del alma.