Un pez que, comiendo, salta y saca su cuerpo del agua,
nubecitas de algodón que vuelan transportando semillas,
un escarabajo que me trepa por la rodilla,
los pájaros que pían, los que aterrizan en el agua,
los mosquitos que forman hondas en la charca,
una hoja que cae, las hojas que se secan,
los juncos que se mueven cuando un animal los roza,
el árbol que me mira, la hormiga que saluda,
las marranitas hacen el amor una encima de la otra.
Sin olvidar las libélulas que custodian el camino,
ni a los patos que pasean entre arbustos escondidos.
Y yo, que me siento en este tronco todos los días un rato
a confundirme con ellos antes de volver al trabajo.