lunes, 31 de octubre de 2016

Mi casa y mi corazón - Marcos Ana

Si salgo un día a la vida
mi casa no tendrá llaves:
siempre abierta, como el mar,
el sol y el aire.

Que entren la noche y el día,
y la lluvia azul, la tarde,
el rojo pan de la aurora;
La luna, mi dulce amante.

Que la amistad no detenga
sus pasos en mis umbrales,
ni la golondrina el vuelo,
ni el amor sus labios. Nadie.

Mi casa y mi corazón
nunca cerrados: que pasen
los pájaros, los amigos,
el sol y el aire.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Manifiesto

Estoy enamorada de mi.
Cada pedazo de mi cuerpo
del más grande al más pequeño
es amor.

Soy un generador de luz.
Ilumino lo que quiero, 
y quiero contagiar este amor 
que siento.

Esta es mi batalla hoy
y la será mañana.
La batalla que gana
quien más amor da.



miércoles, 5 de octubre de 2016

O todos o ninguno - Bertolt Brecht

Esclavo, ¿Quién te liberará?
Los que están en la sima más honda
te verán, compañero,
tus gritos oirán.
Los esclavos te liberarán.

O todos o ninguno. O todo o nada.
Uno solo no puede salvarse. 
O los fusiles o las cadenas.
O todos o ninguno. O todo o nada.

Hambriento, ¿quién te alimentará?
Si tú quieres pan, ven con nosotros,
los que no lo tenemos.
Déjanos enseñarte el camino.
Los hambrientos te alimentarán.

O todos o ninguno. O todo o nada.
Uno solo no puede salvarse. 
O los fusiles o las cadenas.
O todos o ninguno. O todo o nada.

Vencido, ¿quién te puede vengar?
Tú que padeces heridas,
únete a los heridos.
Nosotros, compañero, aunque débiles,
nosotros te podemos vengar.

O todos o ninguno. O todo o nada.
Uno solo no puede salvarse. 
O los fusiles o las cadenas.
O todos o ninguno. O todo o nada.

Hombre perdido, ¿quién se arriesgará?
Aquel que ya no puede soportar
su miseria, que se una a los que luchan
porque su día sea el de hoy
y no algún día que ha de llegar.

O todos o ninguno. O todo o nada.
Uno solo no puede salvarse. 
O los fusiles o las cadenas.
O todos o ninguno. O todo o nada.

Refugiados, refugiadas.

'Refugiados', 'refugiadas', les llaman.
¿Habéis visto sus rostros?
¿Habéis visto esas caras?

En realidad son padres, madres,
hijos, hermanas.

Como tú tienen sueños;
como tú, esperanzas.
Lo que no tienen ahora
es casa.

Eduard, Hayet, Alou, Soumia.

¿Alguien habló con ellos?
¿Quién acarició su espalda?
Su pasado yace oculto
entre escombros y ruinas.

Sus intenciones, su intelecto,
sus proyectos, sus esfuerzos,
su hogar, sepultados
por el odio occidental.

Abdulwahed, Moussa, Mohamed, Sarah.

Son nombres que he conocido,
allí quedan muchos más.
¡¿Quién pulsa los botones
de la oportunidad?!

Yo quisiera ser agua clara
para hidratar sus gargantas
y que canten en la sombra
y hagan luz de su desgracia.

Les deseo más que fuerza,
más que suerte. Más que nada,
deseo que haya amor
en el hacer de la raza humana.