sábado, 29 de abril de 2017

Basado en hechos reales I

Apenas puedo ver y estoy perdiendo el oído. Perdí la libertad, la familia, y así todo pierde el sentido. Perdí la memoria de aquello que una vez me sonrió, y de lo bueno sólo en el vientre materno y en la muerte se refugia la esperanza de mi corazón. Quiero morir y me daño, grito y lloro y me pego cuando me baño. Ya no sé en qué año vivo. Si no vivo en realidad, a quién le importa, a quién le importo. Tengo una hija que no me llama, no sé cuántos años tendrá, ni cuántos niños. Tengo una madre muy vieja, y un padre, a los que amo con locura. Pero sé que verme y tenerme así para ellos es una tortura y les resta años de vida. No tengo ganas ni de tener lo que tengo, que aunque no lo parezca tengo salud y mucha fuerza. Se me cae el pelo y la baba, y la sangre, y las lágrimas. Quiero morir y lo pido, lo digo, lo grito, lo canto, lo escribo: ¡Que quiero morir! Joder, dejadme. "Te vas a poner bien"  "Por fin ganas peso" "Estás mejorando" Y cada vez que recibo tratamiento deseo que me estén matando en lugar de ayudando. Soy basura, me digo. ¿Qué tengo? Sólo tengo vida dentro de mi, y no la quiero.


Las líneas rectas no ayudan a nadie.


Las líneas rectas no ayudan a nadie. Prefiero andar en laberintos que usar la tirolina. Una liana puede valerme, siempre que haya peligro de que se rompa o trace una trayectoria curva.

Los ribetes de los fractales son paseos floridos para los ojos del que medita. Sin embargo, esas fachadas blancas parecen tumbas que representan la muerte de la especie humana como amante y el comienzo de una era de productividad. Utilitarismo y eficacia contra derroche de tiempo y color (derroche no es una palabra mala, si no se tiene prisa, avaricia o temor).

Seguir la vereda del río o la corriente que sopla resulta, hablando con sus palabras, más eficiente a la larga, si se juzga la vida como Vida y no como un polígono industrial de fábricas.

¿Cómo hemos desvirtuado este juego, que ya ni divierte ni enseña? ¿Cómo hemos asimilado reglas que no nos parecen justas? ¿Desde cuándo es demasiado tarde para inventar variantes? ¿Por qué olvidamos los juegos sencillos de antes?

Hemos puesto la simpleza en nuestras cabezas y la complejidad en los corazones. Nos equivocamos de sitio, es al revés. Probemos haciendo el pino a ver si se reajusta, rodando ladera abajo o mirando por debajo de las piernas. Con suerte nos mareamos un poco y vuelve la simpleza a nuestros corazones y la complejidad a nuestras cabezas.

domingo, 23 de abril de 2017

Resulté ser un fruto.

Que no era una semilla!
Resulté ser un fruto, (debí haberlo adivinado por las carnes). La semilla la llevo dentro y lo demás es su alimento. Me asiento en sitios húmedos, que en los secos me seco. Y absorbo los nutrientes por las yemas de mis dedos.
Esto significa mucho, pues siempre ruedo, corro o vuelo buscando el sitio correcto donde desprender mi pulpa y plantar la madre de mi aprendizaje y mi sufrimiento.

miércoles, 12 de abril de 2017

Benditas

Benditas mis cicatrices, mis rozaduras y mis estrías,
que cuentan que vivo al máximo, exprimiendo minutos, sin prisa.
Benditas mis canas y arrugas, que aunque aun son pocas,
señalan que viví historias completas y las superé con risas.

Un sueño

Siento una quietud en dulce.
He conocido a un santo.
Pude besar su nuca, pero
no sus pies descalzos.
Siento una prisa nula.
Siento que dentro abraso
y abrazo su existencia
como si fuera un regalo.
Su presencia es estruendosa
como el aleteo del un pájaro,
y su calma lleva dentro
el fulgor de los océanos.
Vive vivo y vive bien;
bondadoso y repartiendo
las luces que en el camino
ha acumulado en su pecho.

Sus ojos echan un fuego
que te acuna y no te quema,
con arrugas a sus lados
que evitan que te pierdas.
Son caminos compasivos,
fértiles y serpenteados,
que te llevan a inundarte
si tu corazón se ha secado.
Una luz entre sus ojos,
hojas verde en sus manos,
en su vientre mariposas
y en su pecho siete ramos.
Tomo vino, pan y queso.
mientras pienso en esas aguas
que han reverdecido el desierto
en el que sola caminaba.

Entre los dedos de los pies

Imbuídos en una alegría gris,
sus lágrimas tienen un matiz amargo
y se precipitan manchando el tapiz
verde sobre el que caminamos.

Y avanzamos en esta lluvia opaca
que nos obliga a ser hámsters en vez de ratas
y amenaza a quien no acata con vivir
en una soledad abarrotada.

Algunos se paran en el arcén
y dejan sus zapatos a un lado
mientras otros miran con desdén
a quienes caminan descalzos.

Entre los dedos de los pies hay hueco
para que nazca nueva vida
pero si vas calzado no obtendrás la luz
que tus semillas necesitan.

martes, 11 de abril de 2017

No hay otros, soy yo.

Es difícil mantener la voz si nadie te escucha.
¿Es inerte tejer la trama si nadie espera al final?
¿Es bonita aquella flor si nadie la mira?
¿Y si no hay otros, soy yo?
Si no hay sentido, no hay dolor.
No podemos desviarnos, pues no hay camino.
No hay que subestimar las piedras que nos regala el destino.

Soy quizá

Se concentra la tristeza en la punta de mis dedos
y quiero exprimirlos como si fueran limones.
Quiero sacar el líquido dorado que los ahoga
y que, creo, procede de mis sienes.
Por mi pecho discurre el río que en mis manos desemboca,
y por mis ojos, los afluentes que en ocasiones se desbordan.

Soy quizá una laguna que su serenidad disfruta
pero que añora pies descalzos que penetren sus orillas.
Soy quizá una gran ola que se forma y se precipita
en una coreografía de círculos infinitos.