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Amor es
jamás sentirte sola
a causa de su existencia.
Y amar es
no necesitar, para estar a solas,
prescindir de su presencia.

A Galeano

El mundo entero se estremece

por el cese de creación de ese cerebro

irrigado de palabras emancipadoras.

Hoy no parten las ideas de sus párpados,

ya volaron, y ahora siembran sin descanso:

Nutren yemas de esperanza,

tejen mentes, secan lágrimas,

inspiran letras, montan gaviotas

que graznan versos a la orilla del desamparo. 

Si hay un más allá, nunca acabarás de irte,

pues tu hogar pende de millones de corazones
que crecieron bebiendo de la fluída sangre del tuyo.

Es importante sentirse extrañ@ en una ciudad.

Ahí va, como de costumbre,
con la cabeza ladeada y la sonrisa tierna.
Quién sabe de dónde viene, y a dónde va, qué le enamora.
Y conquista con su sonrisa, y la contagia.
¿Será una flor, un gavilán, una niña...?
Qué será; tiene el alma pura.

Desarraigo.

Condenada al desarraigo:
Sin sangre o sin corazón,
nunca tengo el cuerpo junto.

Soy un ericito.

Soy un ericito que camina cuando nadie lo ve. Tengo en mi suave panza un tesoro que mis espinas protegen. Si dejara de enrroscarme avanzaría más rápido, pero tengo miedo de perder mi tesoro. A veces ruedo cuesta abajo y corro como las balas, pero mis ojos no ven y acabo estrellada.
¿Dónde estará el equilibrio que me haga ver
y avanzar sin que dañen mi tierna y suave piel?

Escalofrío

Maté mil veces al miedo
pero vuelve desnutrido,
arrastrándose en el suelo y rastreando
pensamientos negativos.

Lo que me fastidia de todo esto
es querer sin condiciones.
Mi fragilidad me quita el sueño.

No me salen de la traquea los recuerdos
y la palabra parece haberse
quedado atrancada en ellos.

Pervivo en pie y vacilante,
en el último paso
donde dejar posarse al pie
implica definir tu hado.

La rosa de Jericó

La rosa de Jericó soy,
y quiero ser siempre, yo.

Anastatica viajera,
nunca estática y cuentera.

Bajo el sol camino alada
buscando el camino
con una mano en la frente y otra
dada al pájaro que va conmigo.