sábado, 20 de octubre de 2012

La quiero a morir - Francis Cabrel

Podeis destrozar todo quello que veis
porque ella de un soplo de un soplo lo vuelve a crear,
como si nada.
Ella para las horas de cada reloj y me ayuda a pintar transparente el dolor
con su sonrisa.
Y levanta una torre desde el cielo hasta aquí
y me cose unas alas y me ayuda a subir
a toda prisa.
Conoce bien cada guerra,
cada herida, cada ser.
Conoce bien cada guerra
de la vida y del amor también.
Me dibuja un paisaje y me lo hace vivir,
en un bosque de lápiz de apodera de mi.
Y me atrapa en un lazo que no aprieta jamás,
como un hilo de seda que no quiero soltar.
Cuando trepo a sus ojos me enfrento al mar,
dos espejos de agua encerrada en cristal.

jueves, 18 de octubre de 2012

Las heridas del alma

Las heridas del alma son como las carreras en las medias.
A veces,
sin darte cuenta,
te enganchas con algo y se hace un pequeño agujero.
Sabes que no debes meter el dedo,
no debes tocarlo porque entonces empezará a crecer desmesuradamente y perderás el control sobre él.
Aun así lo haces y ves cómo lo que antes era casi imperceptible
ahora es imposible de ignorar.
Otras veces,
descubres derrepente
una enorme carrera en la que no te habías fijado.
Nada cambia cuando la descubres, ya que existía desde hacía tiempo,
pero ya no te la puedes quitar de la cabeza,
lo que hace que tires del tejido, intentando ocultarla,
y acabas agrandándola aun más.
Ahora bien,
existen diferencias obvias:
La principal radica en que las medias son desechables,
mientras que alma sólo tenemos una y es para siempre.
Aunque ésta se puede llegar a sanar, y unas medias rotas tienen poco más remedio que tirarlas a la basura.
Luego estamos los que;
con el alma echa pedazos,
las medias rotas,
y la mayor parte del tiempo descalzos,
no nos detenemos nunca,
ni aminoramos el paso.
[Mañana uno nuevo sin el corazón fuera desechable...]

miércoles, 17 de octubre de 2012

lunes, 15 de octubre de 2012

Éxodo mental.

No sé cómo
ni porqué
pensé que podría encontrarte en otras mentes.

Busqué,
más no hallé
más que maniquíes vivientes.

Hoy la hierba verde amanece resplandeciente.

Hoy la hierba verde amanece resplandeciente. Sus tallos, llenos de vida, levantan su cabeza y parecen sonreir al implacable sol mañananero. Bailando al son del ligero viento agradecen al cielo las lluvias de la noche. La tierra aún está húmeda. Los pájaros danzan sobre el viejo cortijo abandonado, con cortas alas y largos vuelos. Y las florecillas salvajes invaden cada uno de sus polvorientos rincones, llenándolos de color.

domingo, 14 de octubre de 2012

No nos conformamos

Intento ir más despacio, pero no me sale,
mis pies no me hacen caso y echan a correr.
No quiero dejarte atrás mas te difuminas
y pronto eres una sombra que pierdo de vista.
Quiero decirte algo pero no lo comprendes,
ha pasado el tiempo, hablamos lenguas diferentes,
tus ojos gritan, aun escucho tus latidos
cada vez más lejos, descompasados con los míos.
Estamos en números rojos, en negativo,
planeo encuentros cósmicos queriendo encontrar mi sitio

jueves, 11 de octubre de 2012

Conciencia.

Agarrada a un clavo ardiendo,
con el cuerpo en vilo y la mente en pleno vuelo,
pienso "si tuviera alas no estaría en un precipicio",
pero son estas alas las que me han llevado al filo.
Levanto huracanes con la mínima energía,
los veo en el horizonte girando por inercia,
arrasando mi pasado y gran parte de mis memorias,
nunca pensé que la amnesia pudiera ser tan jodida.
Es hora de emprender la ruta, tomar fuerza, calcular los logaritmos,
calibrar los siguientes pasos: la energía, la distancia, el ritmo,.
La meta es llegar al cielo, ya lamí esas nubes de nata y caramelo.
Cuando llegues préndele fuego,
que llueva dulce néctar sobre los mortales a ver si cura su desvelo.
Aprendí a dar saltos, pero no a caerme,
me centré en salvarme y no aprendí del golpe,
ahora la vida me señala con un dedo acusador
y en el silencio de la noche sólo escucho mi reloj.

miércoles, 3 de octubre de 2012

La vida

La vida es como una carrera de obstáculos.
Los corredores portan entre sus manos una maceta en cuyo interior crecen sus principios morales.
La victoria se encuentra en alcanzar la meta con la maceta intacta y el árbol en flor.
Pocos lo consiguen.