Seas quien seas,
llevo tus tequieros en mí.
Viven en mí
como pequeños mineros.
Excavan mi corazón
y encuentran el tesoro adentro.
Fui cobarde, y quizá
no supe decir te quiero.
Pero te amo,
hermana y hermano.
Y te agradezco.
Seas quien seas,
llevo tus tequieros en mí.
Viven en mí
como pequeños mineros.
Excavan mi corazón
y encuentran el tesoro adentro.
Fui cobarde, y quizá
no supe decir te quiero.
Pero te amo,
hermana y hermano.
Y te agradezco.
Pero, ¿De quién es esta pena?
Si yo soy una niña alegre,
bailarina y cantarina;
con infinita imaginación.
Me recuerdo tantas veces
bailando como una loca,
inventándome canciones...
Y alguien me hizo callar.
Correr por los pasillos
de pura felicidad
sólo para que me riñan
y me manden parar.
Tantas veces reía
o decía la verdad,
y siendo auténtica
molestaba a los demás.
Quizá sea suya esta pena.
De todos aquellos que
sufrían cuando brillaba
y me hicieron apagar.