sábado, 29 de abril de 2017

Las líneas rectas no ayudan a nadie.


Las líneas rectas no ayudan a nadie. Prefiero andar en laberintos que usar la tirolina. Una liana puede valerme, siempre que haya peligro de que se rompa o trace una trayectoria curva.

Los ribetes de los fractales son paseos floridos para los ojos del que medita. Sin embargo, esas fachadas blancas parecen tumbas que representan la muerte de la especie humana como amante y el comienzo de una era de productividad. Utilitarismo y eficacia contra derroche de tiempo y color (derroche no es una palabra mala, si no se tiene prisa, avaricia o temor).

Seguir la vereda del río o la corriente que sopla resulta, hablando con sus palabras, más eficiente a la larga, si se juzga la vida como Vida y no como un polígono industrial de fábricas.

¿Cómo hemos desvirtuado este juego, que ya ni divierte ni enseña? ¿Cómo hemos asimilado reglas que no nos parecen justas? ¿Desde cuándo es demasiado tarde para inventar variantes? ¿Por qué olvidamos los juegos sencillos de antes?

Hemos puesto la simpleza en nuestras cabezas y la complejidad en los corazones. Nos equivocamos de sitio, es al revés. Probemos haciendo el pino a ver si se reajusta, rodando ladera abajo o mirando por debajo de las piernas. Con suerte nos mareamos un poco y vuelve la simpleza a nuestros corazones y la complejidad a nuestras cabezas.

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Por favor, deja tu nombre o pseudónimo.
¡Mil gracias por comentar!
ƸӜƷ