2012.01.05 - Mariposas, osos, pelusas, corazones y algo más.

Hay seres con alas que otorgan sonrisas desinteresadas, entes que no mienten ni engañan, con la cabeza como una maraña. Hilos de colores entrelazados forman lo que nosotros llamamos masa gris, llenándolo de caminos que penetran en la selva de arcoiris, mientras ocultan su meta para que la descubras con tus propios pies. A veces ni ellos entienden, se entristecen mirando a la gente. Están ciegos, no conocen su valía pues ignoran la luz que irradian. Y en la búsqueda a sus respuestas iluminan a todo aquel que por su lado pasa.
Es difícil distinguirlos, pues se esconden entre humanos. Fingen ser otro recipiente de carne lleno de vísceras y sangre, pero por sus venas corre la savia del universo y sus ojos tienen pequeñas galaxias dentro. Es difícil ser feliz cuando un trozo de tu corazón enferma, pero has de saber que bajo sus pies el dolor de la tierra merma.