Las hadas, como la felicidad, no existen.
(Si no crees en ellas.)
Apresúrate a despojarte de todo rastro de inocencia en tu primeros años, aquellos en los que sales del cascarón. Luego, cuando ya el corazón se haya convertido irreversiblemente en piedra y tu imágen se haya tergiversado a base de forzar lo que no eras, mira atrás y suspira.
["Cae la noche cual olvido de las hadas por los niños mientras el Sol bosteza. Y cae la noche..."Rapsusklei]
Lo más difícil siempre es creer ti.
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ƸӜƷ