miércoles, 5 de septiembre de 2018

Lo he perdido

El tocólogo o la tocóloga
debieran empezar su trabajo un poco antes;
quizá incluso antes
del momento de la concepción.
He perdido el deseo sexual.
Lo he perdido.
Debí haber creado el hábito
de guardarlo siempre en el mismo sitio.
El caso es que cumple en la vida
un papel muy específico
y no encontré nada bueno
por más que me empeñé en sustituirlo.
Me recomendaron un sexólogo
y hasta a Paco Lobatón
lo que pasa es que tengo sospechas
de que me lo ha secuestrado el corazón.
Un corta royos, corta alas,
un envidioso empedernido
que no soportaba ver al otro disfrutar
sintiendo en su adentro el vacío.
"Ya basta de risotadas, tonterías y gemidos.
Aquí o disfrutamos todos
o no disfruta ninguno".
Para colmo mi cerebro
le ha seguido la corriente
"Eso, estamos aburridos,
exigimos un filtro de gente".
Esto pasó a edad muy temprana,
me dio ahora por quejarme
por que al cabo del tiempo la gente
dejó de visitarme.
No es que no me llamaran o vinieran a buscarme,
es que mi cabeza y mi pecho
son dictadores implacables.
Y aquí sigo campante, volviéndome cada vez más planta y dando besos a las abejas que me sobrevuelan despistadas.

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ƸӜƷ