Una vez comprendí
que no había sitio para mí
en esta mundo sucio,
o más bien sociedad inmunda,
no encontré razón para vivir,
y me deshice por completo.
Pero no es tan fácil abandonar la vida,
mis pulmones
se aferraron al aire
y mis dedos a la tierra.
Sin lógica ni pensamiento,
seguí viviendo.
Sin esperanza ni meta,
me dediqué a observar .
Y secándome las lágrimas
frente a un espejo,
le vi los ojos al miedo.
Encaramado a mi espalda,
como el más rastrero parásito,
se asomaba, enorme,
tras mi oreja,
frotándose las patas.
Estaba contento,
me dijo que tenía talento.
Entonces me di cuenta
de que se bebía mis lágrimas
y se bañaba en el sudor
de mis pesadillas.
Él engordaba según
mi Ser decrecía.
Achinando los ojos
y sonriendo por dentro
inpiré aire,
inflé el pecho,
y con voz más grave
que aguda
recité Oda a la Tristeza
hasta que a aquel bicho
le explotó la cabeza.
(Gracias Neruda)
que no había sitio para mí
en esta mundo sucio,
o más bien sociedad inmunda,
no encontré razón para vivir,
y me deshice por completo.
Pero no es tan fácil abandonar la vida,
mis pulmones
se aferraron al aire
y mis dedos a la tierra.
Sin lógica ni pensamiento,
seguí viviendo.
Sin esperanza ni meta,
me dediqué a observar .
Y secándome las lágrimas
frente a un espejo,
le vi los ojos al miedo.
Encaramado a mi espalda,
como el más rastrero parásito,
se asomaba, enorme,
tras mi oreja,
frotándose las patas.
Estaba contento,
me dijo que tenía talento.
Entonces me di cuenta
de que se bebía mis lágrimas
y se bañaba en el sudor
de mis pesadillas.
Él engordaba según
mi Ser decrecía.
Achinando los ojos
y sonriendo por dentro
inpiré aire,
inflé el pecho,
y con voz más grave
que aguda
recité Oda a la Tristeza
hasta que a aquel bicho
le explotó la cabeza.
(Gracias Neruda)
Me emocionas Julia... gracias...
ResponderEliminarMe emocionas Julia... gracias...
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