Dejamos de ponernos caras y nombres
para vernos unos a otros como individuos molestos,
maniquíes sin vida,
corriendo de un lado a otro,
entorpeciéndonos.
Adiós, compasión.
Una señal de tráfico importa más
que un ser humano.
Empujamos, pitamos, gritamos, miramos mal;
y en nuestro egoísmo preguntamos,
con los ojos cerrados,
qué le está pasando al mundo.
Pero mientras exista la posibilidad
de echarle la culpa a otro
siempre habrá
culpables clamando al cielo
e inocentes sufriendo todo su daño.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Por favor, deja tu nombre o pseudónimo.
¡Mil gracias por comentar!
ƸӜƷ