martes, 8 de septiembre de 2015

Un corazón desequilibrado.

Se me calcifican las falanges,
sedimento pensamientos
a un ritmo vertiginoso.

Caen los minutos y mis neuronas renacen
a un ritmo que no pueden seguir mis dedos.

Renacen, y lo hacen en un mundo nuevo,
donde el viento cambia a capricho de las tempestades
de un corazón desequilibrado y fresco.

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ƸӜƷ