martes, 8 de septiembre de 2015

Ermitañadas

Los aislados tenemos el privilegio de la impunidad que la soledad de un camino peregrinario aporta. Autoindulgencia del propio pensamiento ante tropiezos y pasos en falso. Ésta es la libertad que aporta el estilo libre, la creación sin moldes, la ausencia de metas. No hay nadie más puro que el que ignora los convencionalismos, y nadie más fustigado por la masa homogeneizada. Mirar sin prisma, hablar sin lengua y usar los dientes demasiado es el fallo del herido que se arropa con el miedo.

Me pregunto si mi vocación es mi destino, a pie de calle, o habré de callar ante el curioso, como mi lengua demanda. Busco sin encontrar, encuentro donde no busco, ando por el bordillo y no desprecio nunca la inocencia; pues fue mi primer tatuaje, el más criticado y confundido.


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ƸӜƷ