La sonrisa brota, como brota la flor quebrando cemento y ladrillo.
La multitud avanza sin dirección aparente.
Pasan las horas y los pequeños juegan, crecen y juegan, es su raíz y meta.
"No deberíamos dejar de hacerlo", decimos creyendo que cesamos.
Ilusos,
sólo somos pequeños sobervios que nos creemos más maduros por llevar maletín y sombrero.
Pero, ¿qué es más tierno que un pequeño que se cree mayor?
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ƸӜƷ