lunes, 25 de junio de 2018

Hacer para ser

¿Has ido al gimnasio?
Y, en un segundo, la culpa
y el complejo.
El tengo que hacerlo y el
por qué no lo he hecho.

Y la escusa: la calle
estaba llena de gente;
gente con ojos.

Hay demasiada luz y
todo el mundo puede verme
pero nadie sabe quién soy.

Gente con bocas
desconectadas del corazón
cuyo Pantone de palabras
desentona con mi mundo.

¿Vienes a tomar cerveza?
Y ojalá me invitaran
a beber palabras, a
comer ideas, a comprar
la coreografía que los
pétalos de azahar
realizan cada madrugada
y cada amanecer;

la cual siempre está en oferta
para aquellos que vivimos
al borde del Síndrome de Stendhal.

Si pudiera poseer algo
elegiría la ausencia de
la necesidad de hacer
para ser.

E intento,
yo juro que intento
empujarme a hacer cosas
que todo el mundo hace
y que yo, siendo del mundo,
se supone que debo hacer.

Pero teniendo un solo cuerpo
resulta raro empujarse y
acabo con los dedos de los pies
empotrados en la frente

como un torpe erizo
que resbala cuesta abajo
en forma de bola y sin armas
para luchar contra la gravedad.

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ƸӜƷ