
sus lágrimas tienen un matiz amargo
y se precipitan manchando el tapiz
verde sobre el que caminamos.
Y avanzamos en esta lluvia opaca
que nos obliga a ser hámsters en vez de ratas
y amenaza a quien no acata con vivir
en una soledad abarrotada.
Algunos se paran en el arcén
y dejan sus zapatos a un lado
mientras otros miran con desdén
a quienes caminan descalzos.
Entre los dedos de los pies hay hueco
para que nazca nueva vida
pero si vas calzado no obtendrás la luz
que tus semillas necesitan.
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ƸӜƷ