Le miró con extrañeza, achinando un poco los ojos. Pareciera que brillara y su luz acabara de acrecentarse. Escuchó atentamente:
- He barrido mi corazón con tus pestañas. Y debajo de la alfombra encontré una espiral de caramelo.
+¿A qué sabe?
-A miel y limón.
Creo que en esa tarde no volvieron a cruzar palabra. Sí algún beso, y miradas.
Infinitas miradas.
Hola Mariposa, ha sido bonito. BBesos sí hubo, y miradas..infinitas miradas...
ResponderEliminarGracias