Llegan momentos en que la vida cansa, los días transcurren
y pasan sin dejar rastro, un sinsentido se prolonga con cada amanecer y la
agonía del peso del deber, de la avaricia, de la envidia, de la eterna
competición, de los celos, y de la auto culpa ha formado a ser parte de tu
propio cuerpo.
Vagas sin rumbo como un gigante que apenas puede sostenerse
erguido bajo la presión de un enorme dedo acusador, arrastrando cada paso con
la esperanza de encontrar un día el abismo.
¿Porqué pesa la vida? ¿No debiera ser ligera y grácil como
una pluma, o como una sonrisa sincera? Pero si la sonrisa no es sincera se
vuelve puro hielo, frío metal, dura como descubrir que el amor de tu vida no te
corresponde. Se vuelve gélida, se pausa en un hilo de maldad condensada. Cuando
la sonrisa no es sincera los ojos se clavan como dardos y el corazón se encoje,
atemorizado por el descaro de esos dientes y esos labios que sólo expiran humo
denso.
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ƸӜƷ