sábado, 12 de abril de 2025

Romper con todo

Cuando dejé a mi exnovio yo lloré más que él. Lloré de alivio, lloré de pena y lloré sobre todo por la culpabilidad. Llevaba meses pensándolo pero quería estar completamente segura de mi decisión.
Estaba sola en casa y me dió un ataque de ansiedad; en ese momento supe que en cuanto le viera entrar por la puerta iba a decírselo. Como respuesta me dijo que planeaba ser más atento y cariñoso.

Yo me fui y sentí que había roto un hogar. Dejé atrás muchas cosas que me importaban, pero que estaban atadas a él, a nosotros. Personas, animales, lugares, plantas, costumbres. Pero sabía que algo más me esperaba. La vida guarda grandes sorpresas para aquellas personas que tienen la valentía de dejar atrás lo que sienten que ya no les pertenece.

Estar en una relación rota se siente como llevar ropa que no es de tu talla. Ropa cuyas costuras se clavan en tu piel cada vez que te mueves. No puedes andar, ni sentarte, ni mucho menos bailar con libertad, y es terriblemente incómodo. Pero, aunque tu malestar es evidente, no quieres deshacerte de ella porque tiene valor sentimental, estás acostumbrada y ya no tienes que pensar a la hora de vestirte. Lo que se dice siempre: te vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer.

Y sigues pensando que bajarás de peso, deseas encogerte y ocupar menos espacio para no tener que deshacerte de esa maldita ropa, antes que darte cuenta de que ya no te sirve. Simplemente ha cumplido su propósito en tu vida y necesita ropa nueva, o mejor, quédate en pelotas un rato.

Tememos la libertad tanto como la deseamos. Nos acostumbramos rápidamente a apagar nuestro criterio, ignorar nuestra intuición y seguir costumbres anticuadas. No entiendo este mecanismo psicológico, pero parece ser común a todos los seres humanos. Hay que hacer un ejercicio consciente, como quien ejercita un músculo, para fortalecer la voluntad de elegir libremente.

Puede que no lo parezca, pero suelo ser la persona que más llora en casi todas mis historias.
Cuando dejé mi último trabajo, lloré más que mi jefe. Yo no quería estar allí desde hacía meses, y aún así lloré. Lloré de alivio y lloré de pena, porque siempre me quiebra un poco aceptar que las relaciones no sean sanas. Me duele y me da pena que las cosas no salgan bien. Pero bien es un concepto ambiguo. Las personas, los lugares, las relaciones, los trabajos, todos tienen una configuración propia que puede que encaje contigo, o puede que no. Y puede que encaje un tiempo y que luego no.

Y después de esa pareja tóxica, vendrá otra mejor. Y después de esa amistad fallida, vendrá otra mejor. Y después de ese trabajo horrible, vendrá otro mejor. Puede que haya un paréntesis de silencio, pero en algún momento, si ejercitamos la voluntad de ser nosotras mismas, encontramos las piezas del puzzle del que formamos parte.

Y aunque en mis treinta aún me sienta una niña, y aunque me sienta perdida y el mundo sea confuso, y aunque me duela el pasado y me atormente el futuro, a día de hoy soy consciente de que tengo muchas de las piezas de mi puzzle y me siento inefablemente feliz por ello.

domingo, 17 de marzo de 2024

Ser mujer

 

Ser mujer significa dejar morir todo aquello que me dijeron que era. Quitarme la piel para volver a vestirme con las prendas que tejan o que elijan mis manos. Ser mujer es resignificar el cuerpo y la belleza. Conectar con la naturaleza cíclica de la menstruación y aprender que la linealidad no es cosa nuestra. Tratarme con cariño y respetar lo que necesito en cada fase. Ser mujer es romper estereotipos y creer en mis sueños, a pesar de la escasez de modelos de conducta. Ser mujer es redescubrir la historia, y aprender sobre mujeres asombrosas que gritan entre líneas que yo también puedo ser todo aquello que deseo.

miércoles, 31 de enero de 2024

Enero

Me estoy desnudando.

Veo el puñal en tu mano.

Palabras dulces salen de tus labios.

Tengo una duda,

¿para qué vas a usarlo?

Mientras dudo, abro el pecho

y sólo sé que, de momento,

sigo respirando.

martes, 26 de diciembre de 2023

Luna llena

 Por favor, no entres descalza;

he colgado mi esperanza

en la persona equivocada

y ahora hay trozos esparcidos

por todo mi universo.


Disculpa que no me levante,

tengo una daga clavada en el pecho

y si intento sacarla

la echo de menos.


Estoy escribiendo una carta

de lunares, que son lágrimas,

donde le pido al Sol que salga ya

y que no se espere a mañana.


Esta luna ilumina demasiado 

y me ha dejado ver todo aquello

que he estado ignorando.


Dos ángeles sostienen mis alas cansadas

y me acompañan a la cama

donde espero a que el Sol salga

otro día más.

martes, 19 de diciembre de 2023

De vuelta

 Tengo la sensación de no haber estado a salvo en mucho tiempo, a pesar de que a mi barrio no lo visitan bombarderos.


A veces, tengo la sensación de ser la única columna de mi techo. Y se me cansan los brazos de sostener mi propio peso.


Tengo la sensación de que me niego el dolor y así tengo que consolarme un poco menos.


Y si no miro las grietas de mis muros puede ser que contengan estas lágrimas durante más tiempo.


Y si no estiro mi espalda puede que siga sin darme cuenta de que cargo muchos pesos.


Y si no hidrato mis labios puede que no me dé cuenta de que me faltaron besos.


Tengo la sensación de que mis pies han sido amarrados al suelo,

y de que si ya no vuelo es porque por un momento perdí la conciencia de mi destino


Pero confío en mi silencio, respiro y me encuentro adentro, esperando.


Porque tengo la sensación de que a veces me pierdo pero sé que después siempre, siempre vuelvo.

sábado, 16 de diciembre de 2023

Cultivando la alegría

 Ya no sufro por nadie,
interiorizo el dolor,
lo proceso y doy frutos
de los que me alimento.

Enraizando mi cuerpo
alcanzo nuevos sentimientos
y aprendo de a poco
a ser yo.

Sufrir ya no se lleva,
ya no me eleva
a donde quiero habitar.

Vivo la vida en el gozo
y hoy no conozco ya pozo
donde me pudiera ahogar.

A mi camino le crecen flores;
a mis lluvias, caracoles,
y hay luciérnagas en mi oscuridad.

Doy las gracias cada día
cultivando la alegría
y las brujas, amigas mías,
me protegen con su amor.

Crecer sobre mis raíces

 Hay jirones de tu piel
que están asiéndose a la mía;
con ellos he recubierto
heridas que no tenía.

Pero ha pasado el invierno;
antes que él, el otoño,
y olvidé desprender
lo que me impide florecer.

¿Habrá que poner medida
a este amor,
y que florezca
en un arriate,

en lugar de dejar que
se expanda
en mis praderas
sin límite?

¿Será apego este dolor
que tapo con tu presencia?
¿Será que doy demasiado
y espero que sea de vuelta?

Quiero volver a mi equilibrio,
crecer sobre mis raíces,
y que sea mi lengua la que limpie
mis antiguas cicatrices.

miércoles, 6 de diciembre de 2023

Una ventana en el alma

 Tengo una ventana en el alma.

Mi nariz, pegada al cristal.

Mi alma está echa de aire

y entra y sale, entra y sale.

Desde el otro lado

se acerca a mirarme

y, cuando acercamos las frentes,

nos damos cuenta

de que somos iguales.